Cómo evitar la charlatanería excesiva

Autor: Joan Hall
Fecha De Creación: 5 Febrero 2021
Fecha De Actualización: 1 Mes De Julio 2024
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Cómo evitar la charlatanería excesiva - Sociedad
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Contenido

¿Siempre necesitas hablar? ¿Notas que la gente se molesta cuando sigues hablando o pierden interés en lo que dices? Si desea cambiar sus hábitos, comience a pensar antes de hablar y también comprenda que estar en silencio también es el orden de las cosas. Además, aprenda a escuchar activamente y a hacer preguntas para no convertir cada conversación en su propio monólogo. Busque el apoyo de familiares y amigos y aprenda a adaptarse a diferentes situaciones sociales.

Pasos

Método 1 de 3: Cómo aprender a cuidarse a sí mismo

  1. 1 Evalúe las razones de su locuacidad. Quizás a menudo te guste hablar de ti mismo y ni siquiera sospeches que molesta a los demás. A veces, las personas tienen una necesidad nerviosa de llenar el silencio en una conversación, ya que crea una sensación de incomodidad. Alguien siente esta necesidad debido a la emoción y el deseo de expresar todo lo que está ahora en su mente.
    • Trate de comprender las razones de su locuacidad.
    • Trate de detectar situaciones o personas que provoquen su locuacidad. Es posible que experimente una intensa excitación en presencia de una persona o en un lugar determinado. ¿O estás preocupado o preocupado?
    • Una evaluación sobria de estas situaciones le ayudará a controlar su comportamiento.
    • Intente llevar un diario de sus comportamientos y posibles factores desencadenantes durante algunas semanas.
  2. 2 Observe a las personas que se enojan o pierden interés cuando comienza a hablar. ¿Ha notado el hábito de hablar demasiado? Es posible que deba disculparse por este comportamiento después del hecho. Piense en los momentos en que su locuacidad se convirtió en un problema. Intente realizar un seguimiento de estos aspectos en cada conversación durante un tiempo. Pronto, tales observaciones se convertirán en un hábito. Será mejor que dejes de hablar (o al menos cambies de tema) si:
    • la persona no le está prestando atención o no está hablando con otra persona;
    • la persona parece aburrida o indiferente;
    • una persona se distrae, mira el teléfono, la tableta o la computadora;
    • una persona está ocupada con el trabajo;
    • la persona no puede concentrarse en sus palabras porque habla demasiado rápido.
  3. 3 No convierta la conversación en una conversación sobre usted mismo. Puede que te resulte interesante y divertido hablar de ti mismo, pero para los demás no siempre es divertido. No es necesario que dé un ejemplo de su propia vida para cada situación. Intente conectar el tema de conversación con el interlocutor.
    • La conversación es una calle de dos sentidos. Aprenda a reducir la velocidad y a dejar que los demás hablen.
    • Piense en un incidente reciente en el que habló demasiado. ¿De qué se trató la conversación? ¿Quizás solo te concierne a ti y a tus intereses?
    • Muestre más interés en las palabras y acciones de otras personas. Si habla constantemente solo de sí mismo, puede terminar siendo percibido como egoísta. ¡Empiece a hacer preguntas!
  4. 4 Piensa antes de hablar. A veces hay ganas de decir todo lo que se le viene a la mente, pero en esos momentos es mejor tomar un descanso y pensarlo. Trate de comprender su pensamiento primero y solo entonces hable. Esto es especialmente importante en un equipo y en público.
    • Después de las palabras precipitadas, las personas a menudo se dan cuenta de que dijeron demasiado o expresaron algo que no debería decirse.
    • Tómate tu tiempo y considera tus pensamientos. Esto demostrará su madurez y paciencia.
    • Si sus palabras a menudo ofenden o molestan a las personas, o si está charlando constantemente, comience a escuchar la voz de la conciencia y piense en las palabras.No dejes que tu ansiedad o excitación nerviosa hable por ti.
  5. 5 Comprenda que las pausas en la conversación son normales. De hecho, son útiles porque te permiten calmar tu mente y ordenar tus pensamientos. No tienes que sentirte incómodo o incómodo constantemente. Haz una pausa y convierte el incómodo silencio en un signo de paciencia.
    • La charla irreflexiva que intenta llenar el silencio puede ser un alivio al principio, pero también puede molestar a los demás. Deshazte del sentimiento de tal necesidad. Quizás esto sea un indicio de que es hora de que finalice la conversación o pase a temas que no solo le interesen a usted. Trate de pensar en formas educadas de terminar una conversación que haya llegado a su conclusión lógica.
    • Muchas personas se sienten cómodas con las pausas en la conversación, especialmente a medida que envejecen. Piense en estas pausas como una oportunidad para comprender mejor sus pensamientos y sentimientos. Si habla constantemente, le resultará demasiado difícil aclarar sus sentimientos actuales.

Método 2 de 3: aprender a ser un buen oyente

  1. 1 Haga preguntas y muestre interés. Deja de hablar solo de ti y de tus propios intereses, comienza a hacer preguntas y a escuchar a los demás. Si desea deshacerse de la locuacidad excesiva, es importante aprender a escuchar con eficacia. La conversación no solo te concierne a ti, sino a todas las personas que participan en ella.
    • Si está discutiendo el día anterior o sus propios asuntos, muestre interés en los asuntos de los otros interlocutores. Déjalos hablar.
    • Escuche y participe en la discusión. Cambiar la atención a otras personas o al teléfono es simplemente de mala educación. Si cambia de roles, probablemente se sentiría ofendido por tal actitud del interlocutor.
    • Interésate por la gente. Esfuércese por conocerlos mejor. Plantee temas de la familia, intereses, pasatiempos, películas favoritas, deportes, música y esfuércese por aprender tanto como sea posible. Trate de recordar al menos un hecho para poder discutirlo la próxima vez que se reúnan. Esto le facilitará no hablar de sí mismo y mostrar interés en las palabras de la otra persona.
  2. 2 Anime a otras personas a mantener la conversación, en lugar de completar las pausas. Digamos que eres la persona más habladora del grupo. Si los demás guardan silencio, entonces tienes ganas de hablar más. En su lugar, intente empujar a otros a conversar.
    • Debe entenderse que las personas pueden ser tímidas o no sentir la necesidad de hablar, y esto es normal.
    • Demuestre que es amable e interesado en las palabras de la persona. Diga: "¿Qué opinas sobre esto?" - o: "Me gustaría conocer su opinión sobre este asunto".
    • Si las personas de la empresa no se conocen entre sí o son tímidas, es posible que se requiera un mayor esfuerzo, pero estará justificado.
    • Cuanto más interés muestres y te esfuerces por conocer a tus interlocutores, menos percibirán tu locuacidad como un factor molesto.
  3. 3 Escuche y no interrumpa. Muy a menudo, a los interlocutores les molesta la costumbre de las personas charlatanas de interrumpir a los demás. Trate de no apresurar a las personas y déjelas hablar. Algunas personas pueden hablar más lentamente que tú. La paciencia es un aspecto de la capacidad de escuchar activamente al interlocutor.
    • Espere de tres a cinco segundos para que la persona termine de hablar, después de lo cual podrá expresar sus pensamientos. Esto ayudará a asegurarse de que la persona haya hablado y no se haya detenido en el medio de la línea.
    • Si, durante las palabras del interlocutor, se le ocurrió cierto pensamiento u opinión, entonces esta no es una razón para interrumpir a la persona a mitad de la oración. Discúlpate brevemente si cometiste un error. Dígales más tarde que está tratando de romper el hábito. Haga sus comentarios o comentarios después de las palabras de la persona y durante pausas prolongadas.
  4. 4 Aprenda a parafrasear lo que escucha con sus propias palabras. Uno de los aspectos importantes de poder escuchar con eficacia es demostrar que no solo está escuchando con atención, sino que también comprende lo que oye. Reformule lo que dice la otra persona para aclarar detalles, aprender más hechos o comprender mejor un pensamiento.
    • Este comportamiento mostrará que está escuchando con atención y concentrado en la persona. Por ejemplo, si una persona te dice que está preocupado por la necesidad de visitar a familiares, entonces puedes preguntar: "¿Parece que te preocupa la idea de cómo será la reunión?"
    • Aproveche esta oportunidad para entenderse si hay un malentendido o confusión entre ustedes. También sea específico cuando no comprenda las razones o motivos.

Método 3 de 3: Cómo obtener ayuda

  1. 1 Busque el apoyo de familiares y amigos cercanos. Escuche abiertamente sus pensamientos sobre su locuacidad. Quizás te den un buen consejo. Pida una señal cuando interrumpa a las personas durante una conversación o cuando hable demasiado. Hacer un compromiso como este puede ayudarlo a alcanzar su objetivo más rápido.
    • Pregúntele a un amigo cercano o familiar si ha experimentado problemas similares. Quizás puedan explicar cómo se deshicieron del hábito o por lo que pasaron.
    • Escuche las recomendaciones sobre cómo cambiar sus hábitos.
  2. 2 Cambia tu estilo de comunicación. Al principio, le resultará difícil comunicarse o interactuar con las personas de manera diferente, pero es importante aprender a adaptarse a una situación específica y para oyentes específicos.
    • ¿Quiénes son tus oyentes? ¿Un grupo de personas? ¿Solo una persona con quien hablar? ¿Tranquilo y tranquilo, o una persona habladora como tú? ¿Estás en la escuela? ¿En el trabajo? ¿En un café con amigos?
    • Cada situación te ayudará a cambiar la forma en que te comunicas. Empiece a adaptarse a las palabras y acciones de otras personas. Si todos están callados, intente callar. En las reuniones con amigos y en las fiestas, encuentre formas de hacer que el resto de la gente hable.
  3. 3 Descubra las diferentes razones de la excesiva charlatanería. A veces se debe a rasgos de personalidad, como la extroversión extrema, y ​​a veces la charlatanería es un síntoma de una enfermedad física o mental. La mayoría de las veces, este hábito se asocia con niveles de ansiedad o estrés que puede controlar.
    • Esté atento a las señales que indiquen un discurso excesivamente asertivo, rápido e incontrolable. A veces le parece que simplemente no puede detenerse, y el ritmo del habla suena impaciente y no está justificado de ninguna manera por las circunstancias. En tal situación, es mejor inscribirse para una consulta con un psicólogo o consultar a un médico. Un médico puede sugerir medicamentos, mientras que un psicólogo o psicoterapeuta puede recomendar una variedad de opciones de terapia para abordar el problema.
    • Tenga en cuenta si necesita compañía constantemente o encuentra fuerza en las conversaciones con otras personas. Si eres demasiado extrovertido, es posible que te perciban como una persona molesta si estás inquieto y hablas constantemente.
    • A veces, la ansiedad o el estrés son la causa del habla rápida. Observe su velocidad al hablar y trate de mantenerse calmado, concentrado y relajado. Intente utilizar técnicas de meditación y atención plena.
  4. 4 Busque el consejo de un psicólogo consejero si la conversación se interpone en su vida social. Si las personas comienzan a tratarte de manera diferente o muestran su falta de voluntad para comunicarse contigo debido a un exceso de locuacidad, entonces trata de discutir el problema con un psicólogo consejero.
    • Hable con un psicólogo escolar, obtenga recomendaciones de amigos o busque en Internet para encontrar un especialista. Aprenda a cambiar sus habilidades comunicativas.
    • Pregunte cómo establecer límites en la comunicación y cómo respetar los estilos de comunicación de otras personas. Cualquier psicólogo experimentado compartirá contigo su opinión imparcial y sin prejuicios sobre la situación.

Consejos

  • Recuerde: si está interesado en un tema determinado, esta no es una razón para esperar el mismo nivel de entusiasmo de todos los demás interlocutores.